Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho

Casa Museo José Carlos Mariátegui

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Es la vivienda donde José Carlos Mariátegui pasó los últimos años de su vida. Guarda el mobiliario, cuadros, libros y revistas que le pertenecían y que ahora son expuestos a todo el mundo.

  • Dirección: Jr. Washington 1938 – 1946, Cercado de Lima
  • Teléfono: (01) 3306074
  • Email: [email protected] / [email protected]
  • Sitio web: www.mariategui.org
  • Facebook: www.facebook.com/casamariategui

Horario de visita

  • Lunes a sábado: 9:00 am. a 6:00 pm.

Tarifas

Ingreso Libre.

Información

La Casa Museo José Carlos Mariátegui es un inmueble que busca preservar el legado de uno de los principales pensadores y escritores peruanos del siglo XX. La Casa Museo fue inaugurada el 17 de junio de 1994.

Luego del deceso del escritor, el inmueble fue alquilada por los propietarios de entonces, 16 familias en total. Durante el segundo Gobierno del Arquitecto Fernando Belaúnde, se logró su incorporación como patrimonio público, recibiendo sus dueños un terreno en permuta. Pero no se logró la recuperación total de la casa.

Durante el gobierno de Alberto Fujimori se logró la recuperación de la casa de sus precarios inquilinos. La noble morada que habitara José Carlos Mariátegui en los cinco últimos y más fecundos años de su vida, ha sido recuperada como bien público, aligerada de los precarios habitantes que por años la invadieron y tugurizaron.

El limitado movimiento voluntario de José Carlos Mariátegui, como consecuencia de la amputación de la pierna derecha,  hizo que se organizara espacialmente en la Casa de Washington, de modo tal,  que podía permitirse una rutina doméstica provechosa y agradable. «Mudadas mis condiciones físicas», escribió, fue adquiriendo «gustos sedentarios», tan distintos a los de la época de su adolescencia literaria.

«En mi época de diarista, escribía en cualquier parte y a cualquier hora», declaró. En la casa sintió la necesidad de un «gabinete de trabajo». Ahí encontró escenario su vida familiar, social, política etc. Fue el cuartel general de su trabajo de escritor y editor; ahí estaba la oficina de la revista Amauta.

La casa se compone de un «hall» de entrada, un escritorio a la izquierda y una amplia sala frente a la puerta de entrada. Ahí estaba la biblioteca, conformada por una gran variedad de libros, revistas y periódicos, coleccionados sin orden en sencillos estantes; la biblioteca fascinaba a dos bibliófilos consagrados como Jorge Basadre y Honorio Delgado.

Basadre recordaba que «en su biblioteca se podía encontrar libros y periódicos sobre temas literarios, políticos y sociales que en ninguna otra parte de Lima había».

Al fondo de la sala, en ángulo recto entre las dos paredes a la izquierda, se encontraba «el rincón rojo», un ambiente formado por un mueble con las paredes empapeladas de ese color, con asientos de cuero en la parte baja y una repisa donde estaban algunos objetos, mates burilados, huacos y fotografías. Basadre describe con precisión los detalles de esta Casa sobria, sin adornos ni muebles de más.

Se exhibían en la Casa algunos cuadros, principalmente de José Sabogal, Julia Codesido y Camilo Blas, entre otros pintores, mayormente de la «corriente indigenista». Algunos eran cuadros obsequiados por los artistas y que por tanto pertenecían a Mariátegui; pero la mayoría, eran cuadros colgados en las paredes de la casa «como exhibición, en busca de comprador». Nada le agradaba más a José Carlos que ofrecer las paredes de su casa a los artistas amigos y colaborar en la venta de los cuadros.

Recibía a los amigos al final de la tarde, lo encontraban sentado en el sofá, con una manta que cubría la parte inferior del cuerpo: «Vestía un sencillo e impecable traje, e invariablemente lucía una corbata de lazo». Se dispersaban por la gran sala, entre el «rincón rojo» y los restantes espacios: entonces José Carlos, en la silla de ruedas que él mismo manejaba, se desplazaba con contagiosa alegría entre los grupo. No era un «salón literario», puesto que la animaba una conversación libre de banalidad y expansiva biografía».

Esta Casa fue el escenario de la aparición de Amauta en 1926, de 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana en 1928, de Labor en 1929. Esa Casa fue testigo también de la crisis final de la enfermedad y ahí se velaron los restos y partió su sepelio, el 17 de abril de 1930, al Cementerio Presbítero Maestro.

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