Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho

Guerra colombo-peruana 1932-1933

Guerra colombo-peruana 1932-1933

La Guerra colombo-peruana 1932-1933 es el conflicto armado entre las Repúblicas de Perú y Colombia. El conflicto se llevó a cabo en la cuenca del río Putumayo y la ciudad de Leticia, ubicada en la entonces Comisaría colombiana del Amazonas. La guerra terminó con la ratificación del Tratado Salomón – Lozano de 1922.

Leticia el inicio de la guerra

En medio de la reorganización territorial de ambos países, ocurrió un llamativo suceso con la ciudad de Leticia. Este asentamiento peruano, ubicado en el Departamento de Loreto, había sido fundado en 1867. Por ello, a sus habitantes, se los considera los pioneros en habitar la región. Pese a ello, y a raíz del Tratado Salomón – Lozano, Perú perdió el control de Leticia, ya que la ciudad se hallaba dentro de los dominios que habían sido concedidos a Colombia. Ante ello, sus pobladores, descontentos con esta cuestión, fueron obligados a modificar su nacionalidad.

Para 1931, la situación se hizo insostenible. Las ambiciones económicas eran cada vez mayores y, también, ambos pueblos se hallaban irreversiblemente enemistados. Por ello, en septiembre, una pequeña de delegación del ejército peruano controló Leticia. Allí, los invasores doblegaron a las tropas colombianas, superiores en cantidad, mediante una maniobra nocturna.

Este movimiento no contaba con el apoyo del presidente de Perú Luís Sánchez Cerro. Además, en un primer momento, hubo malentendido respecto a la situación en el trapecio amazónico, por lo que el mandatario decidió reforzar la presencia peruana en la frontera. En tanto, el presidente de Colombia Enrique Olaya Herrera, contaba con una incesante presión de la sociedad para que respondiese a la ofensiva enemiga. Ante ello, Olaya ordenó la movilización del ejército hacia Leticia, a pesar de los graves problemas económicos por los que atravesaba su país.

Ambos países no estaban a la altura de afrontar el compromiso militar. Tanto Colombia como Perú carecían del adecuado material y preparación de sus fuerzas para desarrollar una guerra. Además, los combates se llevarían a cabo en una región por demás inhóspita. La falta de vías de comunicación sería determinante para la complejidad de conflicto. Pese a ello, Perú poseía mayor capacidad militar que sus enemigos, portando una gran ventaja en los medios navales.

En enero de 1933, se dio inicio a la etapa más importante de combates que tuvo el conflicto. Igualmente, estas batallas, al ser poco numerosas, no arrojaban resultados contundentes o significativos para la contienda. A continuación, las luchas se desarrollarían a lo largo de diversos puntos de la región, aunque la cuestión estaría lejos de resolverse rápidamente.

A mediados de marzo, a causa de haber tomado la ofensiva, los peruanos lograron avances, pero estos serían poco relevantes para el desenlace del conflicto. Pero, cerca de comienzos de abril, las fuerzas colombianas tomaron el poblado enemigo de Güepí. A fines de mes, mientras las hostilidades continuaban en el frente, el presidente Sánchez Cerro fue asesinado. Días más tarde, el general Óscar Benavides fue designado mandatario de Perú.

A fines de junio, los combates cesaron definitivamente. En esa ocasión, las fuerzas peruanas se retiraron de Leticia. Desde entonces, la Sociedad de Naciones pasó a supervisar las tratativas de paz. En primera instancia, se produjo un intercambio de prisioneros, armamentos y territorios entre los países beligerantes. Meses después, en Río de Janeiro, Colombia y Perú firmaron definitivamente la paz. Finalmente, la cuestión limítrofe, aceptada por los dos estados, quedó sujeta a los términos del Tratado Salomón – Lozano de 1922.

Fin de la guerra colombo-peruana

El 30 de abril de 1933 el presidente peruano Luis Miguel Sánchez Cerro es asesinado por un militante del partido aprista, al salir de la revista en el Hipódromo de Santa Beatriz en Lima de los 30.000 soldados que se iban a movilizar al teatro de operaciones. Su sucesor, el general Óscar Benavides, amigo del electo Presidente colombiano Alfonso López Pumarejo, jefe del Partido Liberal colombiano, se reunió con él 15 días después en Lima. El Perú acepta entregar Leticia a una comisión de la Sociedad de Naciones, que permaneció un año estudiando posibles alternativas de solución al conflicto. De igual forma, Colombia entregó al Perú la guarnición de Güepí y la Isla Chavaco 30 días después de la firma del cese de hostilidades, además de entregar a todos los prisioneros de guerra peruanos y el material bélico capturado, incluyendo varios aviones peruanos capturados, en el periodo de un año.

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