Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho

Guerra peruano-ecuatoriana de 1941 (Guerra del 41)

Guerra del 41

La guerra peruano-ecuatoriana, conocida también como Guerra del 41, fue uno de diversos conflictos armados que ocurrieron entre los países sudamericanos de Perú y Ecuador como consecuencia de su secular disputa territorial y por falta de fronteras reconocidas y aceptadas por ambos países; siendo los otros la Guerra peruano-ecuatoriana de 1858-1860, el conflicto limítrofe denominado como «Falso Paquisha» o «Paquisha» de 1981, y la Guerra del Cenepa de 1995.

Esta guerra no declarada comenzó el 5 de julio de 1941 y como consecuencia de ello el 29 de enero de 1942 se firmó el Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro de 1942.

El conflicto territorial entre estos países se basa en distintas argumentaciones por el cual cada uno de ellos se atribuye el dominio sobre extensos territorios selváticos comprendidos al sur del río Putumayo, en el río Amazonas.

¿Quién inicio la Guerra del 41?

Las versiones respecto a qué facción inició las acciones variaron considerablemente hasta el día de hoy.

La versión peruana: Señala que tropas ecuatorianas invadieron territorio peruano en la provincia de Zarumilla, lo que inició una batalla que se esparció por toda la zona conocida como Quebrada Seca.

La versión ecuatoriana: Señala que Perú tomó como pretexto una serie de incidentes entre patrullas fronterizas para invadir Ecuador, con la intención de forzarlo a firmar un acuerdo fronterizo entre ambos países. Argumentan que la clara disparidad de presencia militar en la región entre ambas naciones apoya esta versión.

Los primeros encuentros ocurrieron el sábado 5 de julio de 1941.

De acuerdo a las fuentes peruanas, tropas ecuatorianas de la localidad de Huaquillas, un pueblo ubicado en el lado norte del río Zarumilla, que servía como la línea fronteriza del statu quo entre ambos países, cruzaron al lado peruano y atacaron a una patrulla peruana establecida en la localidad de Aguas Verdes, un pueblo ubicado exactamente al frente de Huaquillas. Estas tropas fueron seguidas por 200 hombres armados, que atacaron la estación de la Guardia Civil del Perú, Ante ello, los peruanos respondieron enviando una compañía de infantería a Aguas Verdes que rechazaron a los ecuatorianos de vuelta a su lado del río. La lucha se esparció a lo largo de toda la frontera establecida por el río Zarumilla. El 6 de julio, la aviación peruana condujo ataques aéreos contra los puestos fronterizos ecuatorianos a lo largo del río.

Según el coronel ecuatoriano Luis A. Rodríguez, comandante de las fuerzas ecuatorianas que defendieron la provincia de El Oro durante la guerra, los incidentes del 5 de julio se iniciaron cuando una patrulla fronteriza ecuatoriana encontró a algunos civiles peruanos, protegidos por policías, limpiando de vegetación un terreno en lado ecuatoriano del río Zarumilla Al divisar a la patrulla, los policías peruanos abrieron fuego y mataron a un soldado. Esto fue seguido por un intercambio de disparos entre las tropas ubicadas a ambos lados de la frontera, a la vez que dos oficiales ecuatorianos fueron enviados a Aguas Verdes para hablar con el oficial al mando. Ellos fueron advertidos por las autoridades peruanas de volver a sus líneas.

De cualquier forma, la fuerza peruana, más numerosa y mejor equipada, superó fácilmente a las fuerzas ecuatorianas que constaban de aproximadamente 1.400 hombres, retirándolos de las orillas del Zarumilla e invadiendo la provincia de El Oro. Perú también realizó varios bombardeos aéreos en las ciudades ecuatorianas de Huaquillas, Arenillas, Santa Rosa, Pasaje y Machala.

Antecedentes inmediatos

Durante los gobiernos del presidente peruano Augusto Bernardino Leguía, el Perú definió los límites con casi todos sus países limítrofes: el Tratado Polo-Bustamante (con Bolivia) y el Tratado Velarde-Río Branco (con Brasil) en 1909; el Tratado Salomón-Lozano (con Colombia) en 1922; y el Tratado de Lima (con Chile) en 1929.

Quedaba pendiente el arreglo limítrofe con Ecuador, país con el que, desde fines del siglo XIX, se habían visto frustradas diversas tentativas de solución ante la intransigencia ecuatoriana en reclamar para sí territorios peruanos. Pese a que en un principio el Ecuador aceptó someter el litigio al arbitraje del Rey de España, en 1910 se rebeló contra el laudo que este monarca estaba a punto de dar, porque aparentemente iría contra sus intereses, ocasionando una grave tensión con el Perú que casi provoca un conflicto armado. Gracias a la mediación de la Argentina, Brasil y Estados Unidos, se evitó la guerra, pero el rey español se inhibió de pronunciar su sentencia, fracasando así la fórmula del arbitraje. En los años siguientes, el asunto permaneció estancado, debido a las diferencias insalvables entre ambas partes: el Perú insistía en el arbitraje internacional, mientras que Ecuador quería las negociaciones directas.

Por fin, en 1924, el Perú y Ecuador, mediante el Protocolo Castro Oyanguren-Ponce, acordaron una fórmula mixta para negociar la solución del problema de límites, que consistía en combinar el arbitraje internacional con la negociación directa paralela. Recién en 1936, ambas partes se reunieron en Washington para negociar de acuerdo a dicha fórmula, fijando con prioridad una línea de statu quo en calidad de frontera provisional, tomando como base los territorios que de facto poseía cada país. Pero una vez más las conversaciones fracasaron debido a las aspiraciones ecuatorianas de llegar al río Marañón y el río Amazonas, lo que implicaba afectar la soberanía peruana sobre extensos territorios. Poco después, los ecuatorianos realizaron acciones violatorias del statu quo de 1936, incursionando en territorio peruano, lo que obligó al Perú a establecer una nutrida línea de puestos fronterizos, con el consiguiente desarrollo de roces y escaramuzas entre patrullas militares. La situación se agravó en 1941, desembocando en el conflicto.

Fuerzas participantes

Ecuador

En 1941, el dispositivo militar ecuatoriano en la provincia de El Oro estaba conformado por dos batallones de infantería y un batallón de carabineros agrupados en una Jefatura de Seguridad de la Frontera, dependiente de la IV Zona Militar con sede en Guayaquil. La pobreza de las vías de comunicación en la provincia dificultaba no sólo su integración con el resto del Ecuador, sino también un adecuado abastecimiento de los puestos militares de la frontera a lo largo del río Zarumilla. Al momento de la invasión de julio de 1941 la provincia de El Oro contaba solamente con las vías Puerto Bolívar-Machala-Santa Rosa, Machala-Pasaje, Arenillas-Chacras-Huaquillas y Chacras-Carcabón, todas ellas aprovechables únicamente en los meses secos de verano, pero intransitables en la estación lluviosa invernal. Después de los incidentes de los días 5 y 6 de julio las fuerzas ecuatorianas a disposición de la Jefatura de Seguridad de la Frontera en El Oro, al mando del Teniente Coronel Octavio A. Ochoa, eran las siguientes:

  • Fuerzas dispuestas a lo largo del río Zarumilla: 3 oficiales superiores, 33 oficiales, y 743 hombres, organizados de la siguiente manera:
    • Batallón de Infantería Nº 11 «Cayambe»: 2 oficiales superiores, 22 oficiales, 490 soldados.
    • Batallón de Infantería Nº 12 «Montecristi»: 1 oficial superior, 11 oficiales, 253 soldados.
  • Fuerzas dispuestas en las cercanías: 4 oficiales superiores, 3 oficiales, 28 soldados, 93 voluntarios y 500 carabineros (fuerza de milicianos paramilitares subordinados al Ministerio de Gobierno), organizados de la siguiente manera:
    • En Arenillas: 2 Oficiales superiores, 3 oficiales, 14 soldados.
    • En Santa Rosa: 2 Oficiales superiores, 1 oficial, 18 soldados además de los 93 voluntarios y los 500 carabineros.

De este modo, citando fuentes ecuatorianas, las fuerzas ecuatorianas presentes en la frontera no sumaban más de 3,400 hombres. Fuentes peruanas, por otro lado, dan un estimado de 5,214 hombres. Parte de la tropa ecuatoriana estaba armada con modernos fusiles ZB vz. 24 (llamados Mauser cortos) y ametralladoras ligeras ZB vz. 26, aunque sufrían carencias logísticas, especialmente en calzado, cascos de acero y medicamentos. Por lo inadecuado de los servicios ecuatorianos de Sanidad militar, gran parte de la tropa ecuatoriana en El Oro especialmente en los puestos a lo largo del Zarumilla, estaba afectada de paludismo y disentería.

Perú

Como un resultado de las crecientes tensiones en la frontera durante los años 1939 y 1940, el Presidente del Perú Manuel Prado Ugarteche autorizó en diciembre de 1940 la creación del Agrupamiento del Norte. En julio de 1941, esta unidad estaba lista para iniciar operaciones militares.

Agrupamiento del Norte

  • Comando General del Agrupamiento (Comandante General: General de Brigada EP Eloy Gaspar Ureta Montehermoso; Jefe del Estado Mayor: Teniente Coronel EP Miguel Monteza Tafur)
    • Regimientos de Caballería Nros 5 y 7
    • Grupo de Artillería de Campaña Nº 8 (8 cañones de 105 mm.)
    • Destacamento de Tanques del Ejército (12 tanques LTP)
  • 1.ª División Ligera (Coronel EP Luis Vinatea Almonte)
    • Batallones de Infantería Nros 1, 5 y 19
    • Grupo de Artillería de Campaña de Montaña Nº 1 (8 cañones)
    • 1.ª Compañía de Zapadores
    • 1.ª Sección antiaérea
  • 8.ª División Ligera (Coronel EP César A. Salazar Cartagena)
    • Batallón de Infantería Nº 20
    • Grupo de Artillería de Campaña Nº 8 (8 cañones)
    • 8.ª Compañía de Zapadores
  • Destacamento Militar «Chinchipe» (Teniente Coronel EP Víctor Rodríguez Zumarán.)
    • Batallón de Infantería Nº 33 (2 compañías de infantería ligera)
  • División de Selva del Ejército (Nororiente) (General de División EP Antonio Silva Santisteban)

La fuerza total del Agrupamiento del Norte al inicio de las operaciones se calculaba en 441 Oficiales y 9,386 soldados.

Batalla de Zarumilla

El 23 de julio de 1941, luego de diversos choques fronterizos, las fuerzas militares peruanas lanzaron una ofensiva militar contra la provincia costera de El Oro donde merced a su superioridad numérica, cualitativa y material derrotaron a las fuerzas ecuatorianas de la zona. Ante ello, rápidamente el presidente ecuatoriano Carlos Arroyo del Río ordenó a los militares ecuatorianos un unilateral e inmediato cese de fuego, que se declaró a partir de las 06:00 horas del 31 de julio de 1941.

Arroyo del Río fue acusado de traidor por varios sectores de su país, arguyendo que ordenó la concentración de tropas y de material bélico en los alrededores de la capital ecuatoriana y traer desde las ciudades del interior del Ecuador, que aún no estaban ocupadas militarmente por las tropas peruanas, todas las tropas disponibles por tren hacia Guayaquil, e iniciar la defensa de aquellas dos principales ciudades ecuatorianas.

Combates de Yaupi-Santiago

A pesar del acordado cese al fuego hubo enfrentamientos armados en la zona amazónica habiendo las tropas peruanas de la División de Selva iniciado, entre el 1 y el 2 de agosto de 1941, una ofensiva sobre las guarniciones ecuatorianas ubicadas sobre los ríos Yaupi y Santiago.

Consecuencias de la Guerra del 41

El gobierno del Ecuador, liderado por el doctor Carlos Alberto Arroyo del Río, firmó el Protocolo de Río de Janeiro el 29 de enero de 1942 con lo que el Ecuador renuncia a su pretensión de una salida soberana al río Amazonas.

El 12 de febrero de 1942 las tropas peruanas desocuparon la provincia ecuatoriana de «El Oro».

El Protocolo de Río de Janeiro delimita la frontera definitiva entre ambos países, sin embargo el proceso de demarcación no se concluyó porque Ecuador se negó a continuarlo, en 1948, aduciendo subjetivamente presuntas inconsistencias existentes entre los límites que señalaba el protocolo y la realidad geográfica existente. Ante ello Ecuador declaró unilateralmente la «inejecutabilidad» del Protocolo de Río y pretendió una nueva negociación que considere no solo la antigua línea de «statu quo» sino también los supuestos derechos ecuatorianos como «país amazónico» a través de una salida soberana a los ríos Marañón y Amazonas.

Debido a la actitud ecuatoriana señalada no solo quedaron sin demarcar 78 km de frontera durante más de 50 años sino que se originaron frecuentes crisis diplomáticas y algunas escaramuzas entre las tropas ambos países llegando a su fin tal situación luego de la culminación del proceso demarcatorio que pudo realizarse después del conflicto del Alto Cenepa.

En 1960, el Presidente del Ecuador José María Velasco Ibarra declaró, antes de tomar posesión del cargo, que el Protocolo de Río de Janeiro era nulo. Según este mandatario, el tratado había sido firmado durante la ocupación militar peruana y era ilegal y contrario a los demás tratados Panamericanos por haber sido suscrito bajo presión, no obstante haber sido ratificado el 28 de febrero de 1942 por el Congreso de su país después de que las tropas peruanas se retiraran, el 12 de febrero de 1942, del territorio del Ecuador.

Sin embargo, esta declaración no tuvo eco a nivel internacional (el Perú y los demás países de la comunidad internacional, respetuosos del orden jurídico, siguieron considerando válido el tratado). Era más que evidente que el presidente José María Velasco Ibarra utilizó su subjetiva tesis de la nulidad para lograr apoyo político en su país a través una retórica nacionalista y populista, habiendo, dentro del mismo Ecuador, los adversarios políticos de Velasco opinado de la misma manera.

La tragedia y la derrota militar ecuatoriana de 1941 puso en evidencia un relativo descuido incurrido por el Estado Ecuatoriano en lo referente a la preparación de sus Fuerzas Armadas, no obstante haber adquirido cuantioso material bélico moderno que fuera capturado por los peruanos en Puerto Bolívar. Durante los cuarenta años anteriores al enfrentamiento con Perú en 1941 los militares ecuatorianos habían tenido un activo y excesivo protagonismo político mediante golpes de Estado y cuartelazos.

Ante la victoria militar peruana de 1941 los políticos y militares ecuatorianos consideraron que para lograr el objetivo nacional de ser un país ribereño del río Amazonas era preciso contar con Fuerzas Armadas profesionales y provistas de armamento moderno convirtiendo esto en una de las pocas políticas de Estado continuada por los diferentes Gobiernos ecuatorianos.

Con el descubrimiento del petróleo en Ecuador en 1970, fue posible adquirir material moderno y fortalecer la capacidad de las fuerzas armadas ecuatorianas que serían utilizadas durante el conflicto de Paquisha (1981) y en la Guerra del Cenepa (1995).

El problema demarcatorio originado por Ecuador en 1948 fue resuelto el 26 de octubre de 1998, cuando representantes de ambos países firmaron un acuerdo definitivo de paz en la ciudad de Brasilia.

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