Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho

Inca Huáscar

Inca Huáscar

  • Significado: «Cadena de Oro»
  • Gobierno: 1525 – 1532
  • Dinastía: Hanan Cusco
  • Periodo: Crisis Imperial Inca

Huáscar fue el duodécimo Inca del Tahuantinsuyo, uno de los diez hijos de sangre de Huayna Cápac y uno de los terceros con acceso al trono.

Era hijo de Huayna Cápac y de su esposa legítima Araua Ocllo. Tras la conquista de Quito, su padre la convirtió en segunda capital y residencia del Inca, viviendo en ella con una princesa quiteña y el hijo que había tenido con ésta, Atahualpa. Huáscar, por su parte, siguió residiendo en Cusco junto a su madre.

A la muerte de Huayna Cápac, en 1525, fue proclamado Inca con el apoyo de la nobleza tradicional y en contra de la última voluntad de su padre. Coronado en Cajamarca, fue reconocido en todo el imperio, excepto en el reino de Quito, donde gobernaba su hermanastro Atahualpa, que fue elegido Inca por el ejército y el pueblo.

Origen

Huáscar había nacido probablemente en Huascarpata, y de allí su nombre. Fue designado como sucesor por los orejones (nobles de sangre o panaca real) de Cusco, mas no por su propio padre quien falleció junto a su legítimo sucesor. En la decisión tomada por los orejones tuvo influencia la experiencia que tenía Huáscar en gobernar una importantísima ciudad como era Cusco.

Gobierno

Durante el comienzo de su gobierno, todos lo reconocían como Sapa Inca, nombrando a su hermano Atahualpa incap rantin (vicegobernador) de Quito y su zona de influencia. Esta solicitud fue aceptada por Huáscar.

Muchos fueron los que pretendieron el trono de Huáscar, entre ellos su hermano Cusi Atauchi, quien con la ayuda de dos generales hermanos suyos atacó al ejército de Huáscar. Este intento fracasó y Cusi Atauchi fue sentenciado a muerte por traición.

Ante estos hechos Huáscar empezó a desconfiar de todos, y algunas crónicas españolas, por otra parte poco objetivas, mencionan que en ocasiones mató a sospechosos sin tener pruebas contundentes

Guerra contra Atahualpa

Huáscar veía en Atahualpa la mayor amenaza a su poder, ya que éste había pasado una década combatiendo en las campañas de su padre y tenía el apoyo de muchos. No se opuso a que permaneciera como gobernador de Quito, por respeto a los deseos de su difunto padre, pero con dos condiciones: que no hiciera campañas militares para expandir sus territorios y que se reconociera vasallo suyo y le pagara tributos. Atahualpa aceptó. Lo cierto es que el territorio bajo el dominio de Atahualpa era un área muy rica y poblada, teniendo éste la posibilidad de realizar campañas de conquista a los ricos pueblos al norte de esta, algo a lo que, por cierto, ya no podía aspirar Huáscar, pues su frontera norte quedaba prácticamente cerrada por los dominios de su hermano. Huáscar comprendió que Atahualpa podía fácilmente fortalecerse hasta llegar a tener la capacidad de enfrentársele para someterlo. Atahualpa contaba además con las mejores tropas del imperio y los generales más experimentados de las campañas de su padre. Una tensa paz duró no más de cinco años, sin que ninguno de los dos realizara alguna campaña militar y dedicándose a disfrutar de las riquezas que heredaron. Huáscar aprovechó ese tiempo para conseguir el apoyo de los cañaris, una poderosa etnia que dominaba extensos territorios del norte del imperio y mantenían rencores hacia Atahualpa, pues éste los había combatido durante las campañas de su padre.

La primera batalla la ganó Huáscar con un ejército comandado por su hermano y general llamado Atoc.

Atahualpa aprovechó una tregua (en época de cosecha se supone que ninguna etnia andina debe realizar campañas bélicas) y tomó algunas ciudades norteñas. Poco a poco llegó a Cusco casi invicto y derrotó finalmente a Huáscar. Sin embargo Atahualpa nunca ingresó a la ciudad del Cusco pero ejerció como emperador del Tahuantinsuyo, en Quito, suponiéndose que era la nueva capital del imperio.

Muerte de Huáscar

Una vez derrotado el ejército cusqueño, Huáscar fue conducido descalzo y atado del cuello hasta donde se encontraba Atahualpa. Sin embargo, antes de que se encontraran, Atahualpa ordenó la ejecución de Huáscar en Andamarca, sus restos fueron echados al río Yanamayo.

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