Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho

José Olaya Balandra

José Olaya Blandra

  • Nacimiento: 1792 Villa San Pedro de Chorrillos, Lima, Virreinato del Perú
  • Fallecimiento: 29 de junio de 1823 Lima, Perú
  • Padres: José Apolinario Olaya y Córdoba Melchora Balandra

José Olaya Balandra Registrado como Silberio Olalla, iglesia de San Lázaro, libro de indígenas y esclavos folio 132, fue un mártir en la lucha por la Independencia del Perú. Experto Pescador de oficio, se ofreció como emisario secreto entre el gobierno independiente refugiado en los castillos del Callao y los patriotas de Lima, ciudad ocupada entonces por los realistas. Fue descubierto, apresado y sometido a tormento para que revelara los nombres de los patriotas implicados en las misivas, pero permaneció callado.

José Olaya tuvo 11 hermanos y provenía de cuna humilde y, seguramente, por tradición familiar se dedicó a la pesca artesanal, de tal manera que con un pequeño bote ingresaba en el mar frente a Chorrillos y lo que pescaba lo comercializaba en el mismo muelle o en el puerto del Callao.

Se dice que José Olaya era un excelente nadador y que podía cubrir la ruta de Chorrillos a la isla de San Lorenzo, y de allí al Callao, llevando pescado para su venta. También una versión asegura que empezó a servir a la causa patriota desde muy temprano, cuando arribó a las costas peruanas la Escuadra Libertadora al mando de Thomas Cochrane en 1820. En esa ocasión visitó las naves de dicha escuadra y se ofreció a llevar correspondencia para los patriotas del Callao, y luego para los de Lima.

Viajes exitosos

No se sabe a ciencia cierta cuántos viajes hizo José Olaya llevando las comunicaciones entre los patriotas del Callao a Lima.

El nexo fue, doña Juana de Dios Manrique de Luna, quien entre los refugiados en el Real Felipe junto con Sucre, tenía a su tío don Andrés Riquero. Este fue el nexo con Sucre, de suerte que en las visitas que hacía doña Juana al Real Felipe, entregaba y recibía comunicaciones de los más altos jefes del ejército patriota y comprometía a varios leales de Callao y Lima. Y… José Olaya sabía todo eso. Es más, estaba enterado de quiénes eran y dónde vivían.

¿Qué es lo que quería saber Sucre, principalmente? Evidentemente, de los movimientos de las tropas de Rodil.

«Este, dice Eguiguren, viéndose objeto de una vigilancia tan activa, de golpes certeros, destacó a las portadas de la capital a los expertos espías y hombres sin escrúpulos, de que se hallaba rodeado, para averiguar, quién o quiénes servían tan diligentemente a los patriotas. Necesitaba descubrir el enlace que existía entre los buques y fortalezas del Callao, ocupados por los patriotas y sus adherentes de Lima…».

En la mira del contraespionaje

Al redoblarse la vigilancia los realistas descubren los sospechosos movimientos de un pescador (José Olaya). El 27 de junio de 1823, José Olaya, que ya había sido seguido en anteriores oportunidades, es nuevamente visto yendo del Callao a Lima. Un piquete de soldados realistas le sigue los pasos, muy disimuladamente y lo embosca en la calle Acequia Alta. José Olaya llevaba un paquete de comunicaciones, entre las cuales estaba una carta que el general Antonio José de Sucre le había escrito a don Narciso de la Colina, un patriota limeño.

Los realistas, dirigidos por el capitán Manuel Llanos, al observar la importante carga, acordaron llevar a José Olaya directamente al cuartel general. El recio pescador sabía también que de él dependía el futuro de muchas vidas, las que estaban comprometidas con la causa de los patriotas. Por eso, al pasar por San Marcelo, arrojó las cartas a una acequia.

Cuando llegaron a palacio, registraron al prisionero y «… sólo encontraron en su red, pequeña, una caja de dulces y cartas sin dirección, nombre, ni firma. Las mismas cartas se hallaban en clave. También llevaba una escarapela bicolor de la patria» (Eguiguren).

El fusilamiento de José Olaya

Fue descubierto, apresado, sometido a torturas que la historia detalla con precisión y condenado a muerte. Dice la historia que a pesar de las torturas, José Olaya nunca reveló su misión y prefirió tragarse las cartas encomendadas para la misión. Según los historiadores, sufrió doscientos palazos y doscientos latigazos, también se dice que le arrancaron las uñas.

Habiendo fracasado en todos sus intentos por obtener información alguna, los realistas ordenaron el fusilamiento de José Olaya.

Sentencia que se cumplió el 29 de junio de 1823, en el callejón de Petateros, que está ubicado frente a palacio de Gobierno y que hoy se conoce con el nombre de Pasaje José Olaya.

El inmediato reconocimiento al mártir

El presidente del Perú, don José Bernardo Tagle, marqués de Torre Tagle, emitió un decreto supremo en el que le otorga categoría de héroe a José Olaya Balandra y dispone:

Artículo 5.- En la Sala de la Municipalidad del pueblo de Chorrillos, se pondrá un lienzo en el que se halle escrito lo siguiente: El patriota D. José Olaya sirvió con gloria a la Patria, y honró el lugar de su nacimiento (Lima, 3 de setiembre de 1823).

Algo más…

Por su gran coraje José Olaya es considerado un mártir de la patria, ya que demostró que era capaz de entregar su vida antes de traicionar a su país. En honor al sacrificio que hizo José Olaya, hoy en día calles, colegios e instituciones han optado por llevar su nombre.

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