Estrategia, suerte y saber cuándo parar. Esos son los tres ingredientes de la receta perfecta para entrenerse de verdad en los juegos de casino en vivo y, más específicamente, en la ruleta.
Aunque a lo largo de la historia, matemáticos y jugadores profesionales han tratado de descifrar la forma de ganarle a la banca, el azar es el protagonista principal y la ventaja de la casa siempre está presente.
Sin embargo, hay métodos que buscan ordenar la manera de apostar y, con ello, aumentar las probabilidades de obtener beneficios. Entre las estrategias más utilizadas se encuentran la Martingala, el sistema Fibonacci y la fórmula de D’Alembert.
Estas tres estrategias se aplican en distintos juegos de ruleta en vivo y tienen en común que se aplican principalmente a las llamadas apuestas externas de la ruleta, es decir, aquellas que ofrecen pagos cercanos al 1:1, como rojo o negro, par o impar, o alto o bajo. Lo que se busca al aplicarlas es aprovechar la secuencia de pérdidas y ganancias para maximizar beneficios o minimizar riesgos.
Estrategia de Martingala: Duplicar para ganar
La Martingala es la estrategia de ruleta más conocida y también la más simple de aplicar. Tiene su origen en la Francia del siglo XVIII y se basa en un razonamiento directo: cada vez que pierdes, debes duplicar tu apuesta hasta que llegue la victoria.
Supongamos que un jugador apuesta 5 soles al color rojo y pierde. En la siguiente ronda, según la Martingala, debe apostar 10 soles. Si vuelve a fallar, en la tercera jugada pondrá 20 soles y así sucesivamente.
La lógica matemática indica que, al producirse una victoria, el balance cubrirá todas las pérdidas acumuladas y dejará un beneficio neto de 5 soles, que es la cantidad de la apuesta inicial.
La promesa de la Martingala es recuperar lo perdido pero es justamente ahí donde encierra su mayor debilidad, ya que en una mala racha, las cantidades crecen de forma exponencial. Por ese motivo, se considera de alto riesgo.
Estrategia Fibonacci: De menor a mayor
La secuencia de Fibonacci fue creada por el matemático italiano Leonardo Pisano en el siglo XII. Es un sistema de progresión matemática (0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21…) que se ha aplicado a múltiples campos, como la arquitectura, y que en la ruleta también encontró un espacio propio.
El jugador empieza con una cantidad pequeña, digamos 1 unidad. Si pierde, mantiene la progresión y pasa a la siguiente cifra de la secuencia. Cada derrota obliga a avanzar en la sucesión, lo que hace que las apuestas crezcan, pero de una manera más moderada que con la Martingala.
Cuando finalmente se produce una victoria, la recomendación es retroceder dos pasos en la serie y continuar desde allí, ya que la idea detrás del sistema Fibonacci es que, al ganar, el jugador compensa varias pérdidas previas sin necesidad de exponerse a apuestas tan altas como las que exige la Martingala.
Es un método más gradual y, para muchos, más fácil de sostener en el tiempo, siempre condicionado por la misma limitación de que una racha negativa prolongada puede arrastrar al jugador a perder su presupuesto antes de lograr la recuperación ansiada. Aún así, en los casinos online peruanos, donde la ruleta europea suele ser la más común, esta estrategia resulta popular.
Estrategia D’Alembert: Apostar al equilibrio
El sistema D’Alembert debe su nombre al matemático francés Jean le Rond d’Alembert, quien en el siglo XVIII elaboró una teoría basada en la llamada Ley del Equilibrio. De acuerdo al principio, en la ruleta las victorias y las derrotas tenderán a equilibrarse con el tiempo.
Bajo esta lógica, diseñó una estrategia que invita a aumentar la apuesta de forma progresiva, pero con pasos mucho más pequeños que en los dos métodos anteriores. Cuando el jugador pierde, debe añadir una unidad a su próxima apuesta.
Si, en cambio, gana, debe restar una unidad. Esto genera un sistema de ajuste constante que busca mantener un balance entre pérdidas y ganancias. Al finalizar una serie de jugadas, si el número de victorias es igual al de derrotas, el jugador debería obtener un beneficio neto equivalente al número de apuestas ganadas.
La ventaja de la estrategia D’Alembert es que no exige incrementos bruscos, lo que la hace más segura para presupuestos limitados.
¿Por qué ninguna de estas estrategias es infalible?
Muchos apostadores se preguntan si alguna de estas estrategias garantiza ganancias y la respuesta es que no. La ruleta, como cualquier otra opción disponible dentro de los casinos, es un juego de azar para divertirse y relajarse, no una forma de inversión.
La casa siempre tiene la ventaja, una pequeña diferencia en favor del casino que asegura que, a largo plazo, la banca tenga más probabilidades de ganar que el jugador. Las estrategias como Martingala, Fibonacci o D’Alembert no modifican ese hecho.
Lo que hacen, cuando se aplican correctamente, es organizar las apuestas y gestionar mejor el presupuesto, permitiendo prolongar el tiempo de juego o suavizar las pérdidas.
En el mejor de los casos, ayudan a maximizar los aciertos en rachas positivas y a mitigar el impacto de los fracasos en momentos adversos, pero ninguna puede eliminar la aleatoriedad inherente a cada giro de la ruleta y, en todo caso, el verdadero valor de estas estrategias radica en la disciplina que fomentan.
Leave a Comment