Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho

Complejo Arqueológico de Punkurí

Santuario de Punkurí

El Complejo Arqueológico de Punkurí es una construcción de barro de cerca 3.000 m2 y 8 metros de altura, asentado sobre una terraza aluvial de formación cuaternaria a 260 metros sobre el nivel del mar y en plena zona natural «chala» o costa.

Este majestuoso templo se encuentra ubicado en el distrito de Nepeña (Cerca al centro poblado de San Jacinto) en la Provincia del Santa, Departamento Áncash. Del Km. 405 de la carretera Panamericana Norte, se toma la vía a San Jacinto, y luego de 18 Kms. hacia el lado izquierdo, a sólo 500 metros, se halla el monumento.

Es natural que siendo los adobes tan grandes, los muros fueran anchos y, más en la base asegurada con mortero de barro, luego enlucida. Las superficies fueron cubiertas con una capa pictórica o elaborando relieves polícronos. Ningún espacio fue dejado sin pintura. El color adquiere importancia.

Fue descubierto Julio C. Tello, descubrió una escultura de bulto polícroma que representa a un felino: El Jaguar, en espontánea expresión y reposo, la boca entreabierta enseñando los colmillos y los ojos muy expresivos.

Es una representación natural y realista del jaguar, deidad importantísima que llegó a ser preponderante en la iconografía religiosa de la Civilización Andina.

Se ha confirmado que el Santuario de Punkurí fue un templo elaborado por los habitantes de la Cultura Sechín, dada las características de su estructura y un estudio de su edad cronológica aproximada. No se descarta que haya estado vigente durante el desarrollo de culturas posteriores a ésta.

Etimología

«Pungu Chuco» es el nombre más antiguo del sitio, dos palabras quechuas que significan «Pungu»: puerta y «Chuco»: sombrero.

Hoy los lugareños lo llaman «Pungurí» pero Julio C. Tello lo denominó Punkurí, conservando la palabra «Punku» y la desinencia.

¿que función tuvo Punkurí?

El Dr. Julio C. Tello aseguró que fue un templo Chavín, cuya deidad principal fue el jaguar.

No se niega y es evidente a priori la función religiosa de la antigua construcción Punkurí; pero observando sus diferentes fases constructivas que guardan unidad estilística y vigencia por algunos siglos, quizás es correcto denominarla Santuario, es decir, un importante centro de culto en el área.

Los diversos motivos iconográficos descubiertos por Tello y los que aún faltan descubrir, lo confirmarán como Santuario, el recinto de los principales dioses de la sociedad de aquella época.

Importancia histórica

Afirma la existencia de la Cultura Sechín, antes de la débil presencia de Chavín en la zona «chala» o costa de Ancash, teniendo como base una sólida producción agraria, y el desarrollo de un comercio interregional por la presencia de elementos culturales yungas, quechuas y selváticas, también de elementos marinos de áreas lejanas, como el Strombus galeatus («pututo») o Spondylus princeps («mullu»), conchas provenientes de la Costa del Ecuador actual.

Punkurí demuestra el desarrollo de una vigorosa arquitectura hecha en barro y un arte de extraordinaria policromía, de tal forma, arquitectura y escultura guardan unidad y carácter monumental. Después harán uso de la piedra, que no desconocieron y expresión de ello son las 329 esculturas del Templo Palacio Sechín.

La riqueza iconográfica con representación de dioses, el hombre, animales, plantas y otros, forman el universo ideológico de aquella sociedad; que empezaba a dividirse en estratos sociales, como la presencia de especialistas: constructores, pintores, escultores y shamanes (luego sacerdotes).

Punkurí, como otros monumentos de su época, aún no estudiados, permitirán conocer mejor la Historia Nacional en su primera etapa.

Destrucción del Templo de Punkurí

Al paso del tiempo y los embates periódicos del fenómeno del Niño, se sumó uno más destructivo, la ignorancia y superstición por parte de gran número de pobladores de las inmediaciones del sitio arqueológico los que llevados por las supersticiones e historias de que Punkurí era un lugar dedicado al diablo, no tuvieron la mejor idea que destruir y saquear el templo al ídolo en forma de felino, lo destruyeron a punta de combos y martillos, pues creían que este era propiciador de desgracias.

Restauración del Templo

Gracias al trabajo del arqueólogo peruano Lorenzo Samaniego enviado por la Universidad Nacional del Santa, así como Agroindustrias San Jacinto se ha logrado iniciar los trabajos de puesta en valor de este representativo templo de Punkurí, al cual se le ha reconocido una gran área como intangible y dedicada para la investigación, observación y visita a través de un pequeño museo de sitio, un jardín botánico, así como una réplica a escala del ídolo de Punkurí todo ello contribuirá para valorar aún más el pasado de la región en especial de los valles de Nepeña, Casma y Lacramarca; todo esto no es más que un primer paso para ir rescatando los muchos testimonios del pasado ancashino.

Mapa: Santuario de Punkurí

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