Distrito de Palpa
- Departamento: Ica
- Provincia: Palpa
- Superficie: 147.44 km²
- Población: Aprox. 7,195 hab.
- Ubigeo: 110401
El distrito de Palpa es uno de los cinco distritos que conforma la provincia de Palpa en el departamento de Ica, bajo la administración del Gobierno Regional de Ica, en el Perú. Su capital es la ciudad de Palpa ubicado a 351 msnm.
El distrito limita con:
- Norte y Este: con la provincia de Lucanas (dpto. de Ayacucho)
- Sur: con el distrito de Llipata.
- Oeste: con el distrito de Río Grande
Resumen
Historia
El distrito de Palpa fue creado mediante Ley del 2 de enero de 1857, en el gobierno del Presidente Ramón Castilla.
Atractivos turísticos
Entre sus principales atractivos del distrito de Palpa están:
Plaza de Armas de Palpa
La plaza cuenta con portales tipo colonial, en la plaza se encuentra el Templo San Cristóbal, en honor al santo patrón de Palpa.
En la parte central de la plaza hay una pileta coronada con una media naranja, con lo cual se rinde homenaje al fruto de principal producción de la zona.
En el Portal de Botoneros se encuentra la Municipalidad de Palpa, en el segundo piso funciona el Museo de Palpa.
Museo de Palpa
Funcionando desde 2004, se trata de la sala de exposiciones arqueológicas del proyecto arqueológico Palpa, más conocido como Museo de Palpa.
En él se pueden apreciar los principales hallazgos y datos de interés sobre los antiguos pobladores palpeños que habitaban estas tierras desde hace 3000 años aproximadamente.
Se aprecian representados los sitios de la muña, los molinos y jauranga; asentamientos pre incas que según los estudios, fueron los iniciadores de los petroglifos y geoglifos en las pampas de Palpa y posteriormente las de Nazca, pues como lo lee, las líneas y geoglifos de Palpa aparte de ser más numerosas pero poco conocidas, son más antiguas que las de Nazca.
La sala de exposiciones se ubica en el segundo nivel del local de la Municipalidad Provincial de Palpa.
Manantial de Santo Domingo de la Máquina
Ubicado a solo un kilómetro al noreste de la ciudad del mismo nombre, el espacio fluye de las entrañas de una gran roca calcárea que hace cientos de años formó parte del lecho marino. Sus aguas de color verde esmeralda y la vegetación circundante resaltan estupendamente en medio de la extrema sequedad y aridez del desierto iqueño.
El manantial se halla en un terreno privado que fue acondicionado hace algunos meses para convertirse en un punto de parada obligada de los viajeros. «Inicialmente había un pequeño agujero en medio de esta inmensa roca. De este brotaba agua refrescante que trasladábamos por un canal a los campos de cultivo del fundo. A sugerencia de algunos visitantes, de las propias autoridades municipales y los operadores turísticos decidimos ampliar el canal formando una especie de acueducto natural que progresivamente se fue llenando hasta crear este espejo de agua», cuenta Alfonso Tijero, propietario en quinta generación de este espacio natural, quizá el único oasis que aún queda en medio del desierto iqueño.