El fraile sin cabeza
El fraile sin cabeza es una leyenda de Arequipa del siglo XIX, esta leyenda nos cuenta sobre el diabólico andar de un «Fraile sin cabeza» en Arequipa. Un alma en pena, a veces gravitante, que se sabía, por toda la ciudad, recorría de lado a lado el callejón de la Catedral de Arequipa y siempre al amparo de las doce campanadas que dejaba oír el reloj de la torre. El espectro, decían quienes habían tenido el valor o la mala fortuna de encontrárselo, se mostraba ataviado con un viejo hábito franciscano y en cuyo interior del alargado capuchón que debía cubrirle la cabeza, sólo se podía entrever una profunda oquedad, una sombra provocada por el vacío.
La leyenda el fraile sin cabeza (o por lo menos una de las dos versiones de la misma), cuenta que el espectral personaje había sido decapitado por el hijo de un noble español, quien por un desacuerdo intrascendente, había reñido con el fraile y en medio del calor de la desigual contienda, la cabeza de éste último había sido cortada de tajo; a causa del fuerte golpe que le propinó el hijo del noble con la espada. El lamentable acontecimiento había ocurrido en el callejón de la Catedral de Arequipa, del lado que antiguamente daba a la «Casa Forga». Además en esta leyenda se cuenta que que el religioso había sido enterrado sin su respectiva cabeza, pues al momento de la decapitación, un perro la había mordido y llevado a esconder en algún recoveco de los alrededores. Era por esto, refieren los abuelos, que el fraile andaba vagando en busca eterna de su cabeza. Tal vez la modernidad, al parecer, aplacó su constante deambular; o quizá finalmente encontró lo que tanto andaba buscando.