Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho

Flora y Fauna de Tacna

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El departamento de Tacna ofrece marcados contrastes entre la costa y la sierra. De igual manera, la flora y fauna, que crece en cada una de estas regiones, presenta especies que han sabido adaptarse a las peculiares condiciones de su entorno. No obstante, las actividades extractivas que se desarrollan en la zona han puesto en riesgo parte de este patrimonio. Tomar las medidas adecuadas, antes de que sea demasiado tarde es una tarea urgente.

Flora de Tacna

El mar tacneño, de aguas oscuras y cargadas de plancton, es el escenario propicio para el surgimiento de tres importantes formaciones de algas: Chtorophyta, Phaetophyta y Rodophyta. Un estudio realizado por la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohmann identificó 16 especies de algas rojas Chlorophyta. Tierra adentro, bajo el intenso sol del desierto tacneño y sobre el suelo seco, aparecen los chaparrales y la tillandsia de la familia de las bromelias. En las alturas, en el sector andino, crecen los cactus, enormes plantas rígidas de la familia de los cardones, que lograron adaptarse perfectamente a la aridez y falta de oxígeno. Para ello, desarrollaron troncos carnosos que almacenan agua y que están cubiertos de clorofila, lo que les permite transformar la energía del sol en alimento. Además, impermeabilizaron sus tallos con una sustancia cerosa para evitar la evaporación de líquido. Sus hojas se convirtieron en duras espinas que la protegen de los animales herbívoros y sus flores de poderosas fragancias, tomaron un intenso color amarillo que atrae a los polinizadores desde muy lejos.

En las alturas de Tacna, donde lagunas esmeraldas y cumbres nevadas enmarcan el paisaje, crecen rodales de yareta, plantas de un verde intenso que parecen musgos gigantes. Aquí se hallan amplios bofedales, ecosistemas que por tener agua todo el año, son una fuente de vida para la fauna local.

Fauna de Tacna

En la región costera, donde el clima es templado y la atmósfera húmeda, viven numerosas criaturas marinas. Repartidas en morros, islas y puntas, se encuentran grandes colonias de lobos y nutrias marinas, pingüinos de Humboldt y aves guaneras; así como moluscos, crustáceos y cardúmenes de anchovetas, bonitos, lenguados, corvinas y otros peces.

Adentrándose más en el territorio tacneño, se deja la costa para llegar a una tierra de dunas, donde el intenso sol y la aridez del desierto ahuyentan a la mayoría de los seres vivos. Se trata del extremo septentrional del desierto de Atacama, uno de los desiertos más extensos y áridos del mundo. Sin embargo, hacia el norte, en este desierto subsiste una reducida fauna compuesta de flamencos, vicuñas y zorros. Ya en el sector andino, hacia las zonas altas, viven los guanacos y pequeños colibríes, arañas, lagartijas y lechuzas de los arenales.

Al llegar al final de la cadena occidental andina, donde el clima es frío, la atmósfera seca y las precipitaciones sólidas, habitan bandadas de chocas, parihuelas, cóndores, alpacas, vicuñas, chinchillas y tarucas.

Este también es el hogar de una huidiza y graciosa criatura que vive entre las rocas de granito: la vizcacha. Su nombre deriva de una voz quechua que significa «aquellos que viven entre piedras”. La vizcacha mide entre 30 y 40 centímetros, tiene orejas grandes y erectas como el conejo, pero a diferencia de este, su rabo es largo y peludo. Su pelaje corto, denso y suave es, generalmente de color gris oscuro y tiene una línea negra a lo largo del dorso. Agrupadas en colonias de hasta 80 individuos, se alimentan de semillas, granos y brotes tiernos. Sus depredadores principales son el zorro andino y el hombre, quien ha llevado a las grandes poblaciones de vizcachas al borde de la extinción.

Actualmente, no existen áreas naturales protegidas en Tacna, pero el Gobierno Regional desarrolla el proyecto del área de conservación regional Vilacota Maure. Esta zona, de 124 mil hectáreas, tendrá como objetivo conservar el hábitat del Suri, un ave andina en peligro de extinción. Este avestruz andino vive en los pajonales de la puna, donde se alimenta de vegetales, y es considerado emblemático de la región.

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