Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho

Hipertensión arterial en perros

hipertension-arterial-en-perros

La hipertensión arterial es una elevación sostenida de la presión sistólica o diastólica. O, en otras palabras, presión alta persistente.

La presión alta se denomina primaria, esencial o idiopática cuando no es causada por otra enfermedad. Este tipo de hipertensión es muy común en las personas, pero es muy raro en los perros.

En cambio, cuando el aumento de presión es causado por otra enfermedad, se conoce como hipertensión secundaria. Esta es la forma más frecuente en perros.

Aunque esta enfermedad no se diagnostica rutinariamente en las consultas veterinarias, sus potenciales efectos son muy peligrosos, ya que afecta a diferentes órganos e incluso puede causar la muerte. Entre los daños que puede causar la presión alta en perros se encuentran:

  • Daños oculares (ceguera, glaucoma, hemorragias, desprendimiento de retina).
  • Daños neurológicos (hemorragia cerebrovascular, convulsiones, demencia, déficit neurológico).
  • Daños cardiovasculares (hipertrofia de ventrículo izquierdo, alteraciones en arterias y arteriolas).
  • Daños renales (glomeruloesclerosis, atrofia glomerular, degeneración tubular, fibrosis intersticial).

Síntomas

Los perros que presentan hipertensión primaria, rara vez presentan síntomas. Los que presentan hipertensión secundaria (la forma más frecuente) pueden presentar uno o más de los siguientes síntomas:

  • Hemorragia dentro del globo ocular.
  • Ceguera.
  • Pupilas dilatadas.
  • Desprendimiento de retina.
  • Nistagmo (movimientos anormales y frecuentes del globo ocular).
  • Sangre en la orina.
  • Proteínas en la orina.
  • Riñones de tamaño anormal (agrandados o reducidos).
  • Sangrado nasal.
  • Desorientación.
  • Pérdida de la coordinación.
  • Parálisis parcial de las extremidades.
  • Convulsiones.
  • Soplo cardíaco.
  • Glándula tiroides agrandada.

Causas y factores de riesgo

La hipertensión primaria o idiopática ocurre por causas desconocidas. Se ha especulado que puede ser de origen genético, pero esto no ha sido comprobado todavía. En todo caso, la incidencia de este tipo de hipertensión es tan baja en perros que no se hace mucha investigación al respecto.

Por otro lado, la hipertensión canina secundaria es causada principalmente por otras enfermedades. Las enfermedades que con más frecuencia elevan la presión arterial de los perros son:

  • Afecciones renales.
  • Afecciones endocrinas (hiperadrenocorticismo, diabetes mellitus, feocrornocitoma, hipertiroidismo, hiperaldosteronismo, hipotiroidismo).
  • Enfermedades neurológicas.
  • Policitemia.
  • Obesidad.

Los perros más propensos a sufrir hipertensión son los ancianos y los obesos.

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza de manera similar a como se hace en humanos. Se utiliza un manguito oclusivo para medir la presión en la arteria distal al manguito. Normalmente se mide la presión arterial de los perros en una de sus patas o en la cola. Para obtener resultados exactos y precisos es necesario medir la presión varias veces.

También existen otros procedimientos que son más complicados o invasivos, por lo que no se usan normalmente en los consultorios veterinarios, sino en instituciones de investigación o en grandes hospitales veterinarios.

Lastimosamente, el diagnóstico de hipertensión no se hace rutinariamente en los consultorios veterinarios debido a que el procedimiento resulta difícil y puede dar resultados equivocados con facilidad, ya que la mayoría de los perros se ponen nerviosos durante el diagnóstico. Por eso, se acostumbra a medir la presión arterial solamente cuando hay motivos que hagan pensar que el perro sufre de hipertensión.

Es importante tener en cuenta que la presión arterial de los galgos es normalmente un poco superior que la de las demás razas de perros.

Tratamiento

La hipertensión primaria debe tratarse con medicamentos para reducir la presión arterial y con dieta adecuada. Sin embargo, dado que esta forma de la enfermedad es muy rara en perros, rara vez se necesita este tratamiento.

En cambio, para tratar la hipertensión canina secundaria es necesario tratar las causas subyacentes. Si no se tratan las enfermedades que la provocan, no tiene ningún sentido intentar bajar la presión arterial. Cada tratamiento, por tanto, será diferente según cuáles sean las causas que producen la elevación de la presión.

En algunos casos puede ser necesario internar al perro. En la mayoría de los casos suele ser necesario modificar la dieta y seguir un programa recomendado de ejercicio, además de los medicamentos recetados para tratar las enfermedades subyacentes.

El pronóstico depende de cuál sea la causa de hipertensión.

Prevención

Para prevenir la hipertensión en perros hay que cuidar que mantengan una dieta saludable, hagan ejercicio regularmente y mantengan buen estado de salud. Cualquier enfermedad que presenten los perros debe ser tratada inmediatamente por un veterinario.

¿Y tú que opinas?

Menu