Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho

José Abelardo Quiñones Gonzáles

José Abelardo Quiñones Gonzáles

  • Nacimiento: 22 de abril de 1914 Pimentel, Lambayeque, Perú
  • Fallecimiento: 23 de julio de 1941 Quebrada Seca, Ecuador
  • Padres: José María Quiñones Arízola y María Juana Rosa Gonzales Orrego
  • Hermanos: José Salvador Quiñones y Raúl Augusto Quiñones

José Abelardo Quiñones Gonzales fue un aviador de guerra peruano, declarado Héroe Nacional del Perú por la Ley N° 16126 del 10 de mayo de 1966 a causa de su inmolación en una misión aérea contra las baterías ecuatorianas, durante la guerra de 1941.​ Asimismo, cada 23 de julio (día de su inmolación) se conmemora el Día de la Fuerza Aérea del Perú. También como homenaje, su imagen aparece en el billete de 10 Soles.

Primeros años

José Abelardo Quiñones nació en el puerto de Pimentel. Sus padres fueron José María Quiñones Arízola y María Juana Rosa Gonzales Orrego. Fue el tercero de tres hermanos. El mayor fue José Salvador Quiñones, el Segundo fue Raúl Augusto Quiñones, y el tercero fue José Abelardo Quiñones. Aprendió sus primeras letras en la escuela de educación inicial que administraban las hermanas Elvira, Delia y Esperanza Bulnes.

Luego continuó sus estudios primarios en el Colegio Nacional San José de Chiclayo. En este colegio su director, Karl Weiss, impulsó la actividad del vuelo en planeador a la cual José Abelardo Quiñones se aficionó junto con otros compañeros, entusiasmados por las hazañas de destacadas figuras de la aviación civil peruana, como Jorge Chávez y Juan Bielovucic.

En 1928, por decisión de sus padres, se trasladó a Lima e inició su instrucción secundaria en el Colegio Sagrados Corazones Recoleta, hasta el segundo año. Los años restantes los terminó en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe.

En 1935 ingresa a la Escuela de Aviación Jorge Chávez como Cadete e integrando la Promoción José L. Raguz. Durante su entrenamiento de vuelo inicial y luego de 4 horas y 40 minutos de doble mando obtuvo la aprobación para realizar su primer vuelo sólo, revelando así sus excepcionales condiciones para el vuelo. El 20 de enero de 1936 recibe su Brevete Internacional. En la Escuela de Oficiales destaca tanto en los aspectos, militar, académico y atlético.

Famoso Vuelo invertido

Vuelo invertido de QuiñonesEn cuando al aspecto de los vuelos se destaca la facilidad para adaptarse a las diferentes técnicas del pilotaje. Cuatro años después de haber ingresado, se recibe como Alférez el 21 de enero de 1939 como N° 1 en la Especialidad de Piloto de Caza.

En esa ceremonia al mando de un avión Caproni 113 realizó sus famosos vuelos invertidos que han quedado para la posteridad grabados en las fotografías de la época y la filmación que se efectuó.

El avión de alta acrobacia, guiado por José Abelardo Quiñones, ha descendido en caída casi vertical, y cuando parecía estrellarse, endereza sus alas, emprende nuevamente el vuelo en posición invertida, casi a ras del suelo, se eleva un poco, magistral y victorioso pasa rozando las tribunas.

Estalla el grito del público, dejando escapar, a través de nutrida ovación, el asombro contenido y la admiración ante tan magno espectáculo.

El eco de los aplausos atraviesa raudo todos los rincones y llevados por el viento en continua onda sonora hacia el infinito anuncia y presagia el inicio de la meteórica trayectoria del alférez José Abelardo Quiñones. Algunos todavía no volvían de su asombro y en los corazones de sus compañeros de promoción se albergaba la más pura y diáfana soberbia por tan insigne maniobra.

Según versión, procedente del suboficial de segunda Juan Ruales Váscones, afirma que el alférez José Abelardo Quiñones efectuó, en realidad, no una sino tres pasadas, en progresivo descenso con las maniobras de looping invertido y que esto fue acompañado de otra maniobra conocida como el tonneaux.

Esta magistral exhibición se desarrolló de la siguiente manera: el primer pasaje a tres metros del suelo; el segundo, a dos metros y el último, a la escalofriante altura de tan solo metro y medio. Todos además, en una difícil posición invertida. Provocó el pasmo de la nutrida concurrencia y en un brioso alarde de su suprema pericia dejo constancia de su total maestría siendo todavía un novel piloto que acababa de graduarse.

Después de su graduación fue nombrado al Escuadrón N° 4 de Ancón, transcurrido cuatro meses fue trasladado a Las Palmas y de allí fue nombrado al XXI Escuadrón de caza del Primer Grupo Aéreo, ubicado en la ciudad de Chiclayo. Formó parte de la 41 Escuadrilla de aviones North American NA-50. Integró la primera Escuadrilla de Alta Acrobacia.

Al crearse la Unidad de paracaidistas y después de realizar entrenamientos intensos efectuó saltos desde los cielos de Chiclayo.

Carrera militar

Luego de vencer la temerosa oposición de sus padres, en 1935 ingresó como cadete a la Escuela Central de Aviación «Jorge Chávez» e integró la promoción «Comandante CAP José Lucas Raguz Verán». En la escuela de oficiales se destacó por su facilidad para adaptarse a las diferentes técnicas del pilotaje y aviación. Cuentan algunos compañeros de Escuela de Aviación que un día un profesor indicaba que la Fuerza Aérea del Perú carecía de un héroe nacional, por lo que el entonces oficial José Abelardo Quiñones se levantó de su asiento y con voz enérgica dijo «presente». Cuatro años después de haber ingresado, se recibió como alférez el 21 de enero de 1939, como el primero de su promoción en la especialidad de piloto de caza. En mérito a ello recibió el «Ala de oro» de la Fuerza Aérea. Fue precisamente en la exhibición aérea que dio en el día de su graduación cuando asombró a los presentes con su temerario vuelo invertido casi a un metro del suelo, que hasta hoy se puede apreciar en una filmación.

Como oficial de aviación José Abelardo Quiñones fue asignado al Escuadrón N° 4 de Ancón. Transcurridos cuatro meses, fue trasladado a la base de Las Palmas y de allí al 21.º Escuadrón de Caza del Primer Grupo Aéreo, ubicado en la ciudad de Chiclayo.

José Abelardo Quiñones formó parte de la 41.ª (cuadragésima primera) Escuadrilla de aviones North American NA-50 e integró la primera Escuadrilla de Alta Acrobacia. Al crearse la unidad de paracaidistas y después de realizar entrenamientos intensos, efectuó saltos desde los cielos de Chiclayo.

Heroica inmolación

Al estallar la guerra con el Ecuador de 1941, el teniente José Abelardo Quiñones fue destacado al teatro de operaciones, integrando el XXI Escuadrón de Caza del Agrupamiento Aéreo del Norte. Los pilotos asignados a este Agrupamiento cumplían diversas funciones, entre ellas fotografiar el terreno de los hechos y ubicar las posiciones del enemigo. Las divisiones peruanas, apoyadas por su fuerza aérea, derrotaron a las tropas ecuatorianas a lo largo de la frontera de Zarumilla, pero aún quedaban dos puntos fuertes que destruir, los de Rancho Chico y Quebrada Seca, donde los ecuatorianos habían concentrado el grueso de su artillería antiaérea y colocado «nidos» de ametralladoras.

Con la misión de silenciar las baterías ecuatorianas para abrir paso a las tropas peruanas, el 23 de julio de 1941, la 41.ª Escuadrilla (integrante del XXI Escuadrón de Caza) despegó de Tumbes, al mando del teniente comandante CAP Antonio Alberti e integrada por los tenientes CAP Fernando Paraud y José Abelardo Quiñones y el alférez CAP Manuel Rivera, a bordo de sus aviones de caza North American NA-50. Quiñones había bautizado a su apreciado avión con el nombre de «Pantera».

Pocos minutos después de la partida ya estaban sobre el objetivo e iniciaron el bombardeo del puesto ecuatoriano de Quebrada Seca. Cuando el aparato pilotado por el teniente José Abelardo Quiñones, efectuó por segunda vez el descenso para lanzar sus bombas, fue alcanzado por el fuego antiaéreo ecuatoriano. En vez de saltar del avión y utilizar su paracaídas, en cuyo uso era experto, Quiñones enrumbó su avión hacia el blanco ecuatoriano, estrellándose y muriendo en el acto.

Momento supremo de sacrificio: José Abelardo Quiñones había inmolado su joven vida en aras de la patria y del sagrado deber de defenderla. Su espíritu se elevó a la eternidad en llamaradas de gloria.

Había cumplido heroicamente la misión confiada, con el desprendimiento, el valor, la abnegación y el sacrificio de su propia vida, que juró consagrar a la patria cuando recibió su espada de oficial de la Fuerza Aérea del Perú.

El 19 de octubre de 1941 (tres meses después de su deceso), el Coronel del Ejército de Ecuador Octavio A. Ochoa, jefe de la IV Zona Militar, entregó a nombre de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas los restos mortales del héroe peruano, pronunciando las siguientes palabras:

Entrego a la Fuerza Aérea del Perú los restos de quien supo honrar a su patria, a su pueblo y a su fuerza armada. Mi pueblo (Ecuador) rinde homenaje al pueblo peruano, dignamente encarnado en la figura heroica de José Abelardo Quiñones Gonzales.

Octavio A. Ochoa

Sus restos mortales reposan en la Cripta de los Héroes y en el Mausoleo del Campo de Honor de la Escuela de Oficiales de la FAP. Fue reconocido por su gran actuación.

Homenajes José Abelardo Quiñones

José Abelardo Quiñones fue ascendido póstumamente a Capitán de la Fuerza Aérea del Perú y declarado Héroe Nacional del Perú por la Ley N.° 16126 del 10 de mayo de 1966.​

En julio de 1991, con motivo del 50.º aniversario de su muerte y reconociendo nuevamente su heroísmo, el Banco Central de Reserva del Perú, decidió que la imagen de José Abelardo Quiñones aparezca en los billetes de 10 Nuevos Soles. En el diseño original de este billete, en la parte posterior aparecía una representación del vuelo invertido que hizo el héroe en el día de su graduación en la escuela de aviadores (en el diseño actual, aparece la imagen de Machu Picchu, Cusco).

Asimismo, cada 23 de julio (día de su inmolación) se conmemora el Día de la Fuerza Aérea del Perú.

El Congreso de la República del Perú le otorgó a título póstumo el grado de Gran General del Aire del Perú a través de la Ley Nº 29160 del 18 de diciembre de 2007.

El 15 de abril de 2014, el Congreso aprobó dar al espacio aéreo peruano el nombre de «cielo de Quiñones», en homenaje a los 100 años del nacimiento del héroe.

En conmemoración del aniversario número 100 de su nacimiento, el Banco Central de Reserva del Perú autoriza la emisión de cinco mil piezas de plata de una nueva moneda de colección con la imagen del capitán de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) y Gran General del Aire, José Abelardo Quiñones, de valor nominal de un nuevo sol, a un costo de 110 nuevos soles.

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