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La boca del gato: características principales y enfermedades típicas

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La dentadura de un gato es fundamental para saber si el animal está sano, o si por el contrario sufre de algún tipo de enfermedad que tener en cuenta. Por ese motivo, es necesario que los dueños sepan a qué atenerse si ven algo raro a su mascota. Con el siguiente artículo se intentará echar algo de luz en el asunto.

Los dientes del gato doméstico

Pese a que originariamente debía usarlos como principal arma con la que cazar a sus presas y devorarlas, a día de hoy el gato doméstico emplea sus dientes para masticar un alimento especialmente preparado para sus necesidades, por lo que su función ha variado y, de hecho, han dejado de ser un elemento tan primordial para su vida. Sin embargo, su perfecta conservación se antoja obligatoria, puesto que de lo contrario, pueden llegar a edades adultas habiendo perdido alguna pieza dentaria que acarree problemas indeseados. Cabe recordar que más allá del paso de los dientes de leche a los permanentes, todo animal debería conservar su dentadura al completo, algo que sus dueños pueden asegurar llevando a su mascota al veterinario, para que realice revisiones periódicas que corten de raíz posibles patologías por las que pueda estar pasando.

Cómo detectar si el gato está enfermo

Como decíamos, una buena forma de detectar si nuestro gato sufre de alguna dolencia es examinar su boca. Si se le notamos un aliento muy cargado, puede que se deba simplemente a una mala higiene bucal (en los peores casos, con evidencias de sarro o inflamación de encías), pero también que se derive de dolencias gastrointestinales, renales o incluso respiratorias, por lo que conviene asegurarse. Si por el contrario al gato se le nota un exceso de salivación que no logra contener en su boca (sialorrea), seguramente tenga problemas para tragar o alguna infección en las glándulas salivares. Y si notamos que no come, es posible que nuestra mascota sufra dolores en la boca, pero también que tenga fiebre, o esté bajo los efectos de otras enfermedades de diversa gravedad. Por eso, que nuestra mascota tenga una boca totalmente sana es fundamental para poder descartar de un plumazo numerosas amenazas, y se puedan descubrir posibles dolencias sin perder el tiempo.

Enfermedades bucales del gato

Sarro

El sarro es un enemigo sumamente común para la boca de un felino, puesto que debido a sus costumbres alimenticias tiende a acumular en ella bacterias y restos de comida de todo tipo. La suma de estos dos elementos con la saliva (y sobre todo, sus propiedades minerales) acaban generando en lo que se conoce como placa bacteriana, que es la que, a la postre, acaba resultando en el sarro.

A su vez, este provoca inflamación de encías e incluso caída de piezas dentales, por lo que en vista de las numerosas complicaciones que todo esto conlleva, conviene llevarlo a un veterinario periódicamente para que le realice limpiezas bucales, antes de incurrir en problemas de gravedad.

Gingivitis

La gingivitis se detecta cuando las encías se enrojecen e inflaman, a causa de sarro acumulado en la zona, raíces que no se hayan desprendido de la encía, o alguna otra infección. Todo ello suele deberse a una alimentación inadecuada, y puede tratarse con antibióticos siempre que se detecte a tiempo. Si en cambio se ha agravado demasiado (se apreciarán encías sangrantes, dolor agudo, e inflamación extendida) es necesaria la intervención de un veterinario profesional, que puede llegar a extraer algún diente para atajar el problema.

Resorción dental

Esta enfermedad consiste en la inflamación del tejido que rodea al diente, lo que provoca un progresivo deterioro del mismo hasta la ruptura del mismo. Pese a que se desconoce su origen, se trata de un mal que afecta a más de la mitad de los gatos, en especial cuando llegan a edades adultas, y significa una importante fuente de dolor puesto que acaba afectando a la raíz del diente. En caso de padecerla, el animal lo demuestra babeando copiosamente, dejando comer y tratando de aliviarse con sus pezuñas.

Fractura de dientes

Pese a que sobre el papel podría parecer menos importante que las dolencias recién tratadas, la ruptura de un diente es uno de los mayores dolores a los que puede verse sometido un gato, por lo que debe ser atendido con la máxima urgencia. Puede pasarle jugando o por un golpe accidental, o bien por un mal cuidado de su boca; en los dos primeros casos nada se puede hacer, pero es obligación del propietario de la mascota que el segundo no ocurra, mediante revisiones y visitas periódicas al veterinario.

Cómo prevenir problemas

Como venimos diciendo, buena parte de la sanidad bucal de nuestros gatos pasa por una correcta alimentación, por lo que el primer paso para intentar evitar problemas pasa por asegurarse de que come bien, y come sano. Algunos alimentos pueden ayudar con la higiene bucal: los alimentos secos (esto es, el pienso), al rozarse con los dientes, los limpian evitando que se depositen restos de comida sobre ellos, y retardando la aparición del sarro; y no son pocos los alimentos específicamente pensados para el correcto mantenimiento de la cavidad oral (incorporan quelantes del calcio, que atrapan los minerales de la saliva). En cambio, conviene evitar tanto dietas blandas (comida enlatada), comida casera o golosinas que precisamente pueden y suelen dejar muchos restos.

Otro factor muy a tener en cuenta pasa por la regularidad con que visitemos a nuestro veterinario. Al menos una vez al año es necesario que un especialista revise la dentadura de nuestra mascota, puesto que sólo él puede realizar un trabajo profesional.

Por nuestra parte, cabe hacer hincapié en que podemos caer en el error si intentamos realizar esta tarea exclusivamente con métodos caseros. Pero sí podemos realizar algunas tareas básicas, realizando cepillados de dientes una vez a la semana (usando cremas específicamente diseñadas a este fin, por supuesto), o jugando con él, y es que aunque suene a broma, un juguete pensado para gatos puede ayudar al refuerzo y desarrollo de sus piezas dentales.

¿Y tú que opinas?

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