Leyenda del Pariacaca y Güitiligun
La leyenda del Pariacaca y Güitiligun está íntimamente relacionada con la misteriosa desaparición del pueblo incaico de los Guanca Pampa de tanta importancia en aquellos tiempos.
Según la leyenda, en cierta oportunidad apareció un negro joven, apuesto y de aguerrida presencia, causando inquietud en las pacíficas gentes de las tribus huancabambinas, porque según creencias el negro encarna un espíritu maligno que acarrea la desgracia a la gente.
Un día vieron que desaparecía por una de las cuevas llamadas de los tucos que se ven en el cerro Pariacaca; no supieron más de él, nadie lo volvió a ver.
Después de un año, salió incólume para contar el encanto de la Guanca Pampa inca; según relata: los Ingas, señores de este pueblo y de estas tierras, habían vivido en medio de la opulencia, en paz dedicados a sus trabajos agrícolas hasta el infausto día en que desde lejanas tierras llegó el forastero y poderoso rey blanco, quien por afán de apoderarse de las tierras y riquezas, le declara la guerra.
Desde la cumbre del Cerro Güitiligun el rey blanco y su ejército, atacaron y en el Pariacaca, el Inga y su séquito se defienden; en la contienda, un voraz incendio abraza la población y calcina el cerro Pariacaca, quedando perdida para siempre la Guanca pampa Incaica.
El rey blanco es castigado por el sol, siendo transformado en Laguna invisible y rugiente de las entrañas del Güitiligun, transformándose en peces.