Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho

Leyenda la Garza Blanca

Leyenda la Garza Blanca

Cuenta la leyenda la Garza Blanca que en un afluente del río Ucayali vivía un modesto matrimonio que tenía una hija y dos hijos. Blanca, que así se llamaba la hijita, usaba siempre vestido blanco y era muy hacendosa; por eso su madre la quería mucho; además tenía la particularidad de comer cualquier pescado con mucha facilidad, por más espinoso que fuera este.

Era una niña hermosa, estudiosa, trabajadora, delgada, alta, de piernas largas, carácter muy dulce y muy bonita. Entonces, el diablo, que nunca duerme, metió su cola: algunas malas personas comenzaron a sentir envidia de que esa familia tuviera una hija así. Y la envidia fue tan grande que llegaron a desear su muerte.

Sus hermanos llegaron a odiarla tanto, de tal manera que, de común acuerdo y sin el menor escrúpulo, decidieron su perdición; entre los dos buscaron un brujo a fin de que la convirtiera en ave.

En efecto, el brujo aprovechando una noche oscura, convirtió a la muchacha en una hermosa garza blanca color de su vestido y la condeno a vivir en las orillas de los lagos y ríos, alimentándose solo de peces.

Pasó el tiempo y la gente se dio cuenta de que desde el día de la desaparición de Blanquita, todas las tardes una hermosa garza blanca llegaba al río y ahí se quedaba horas de horas bañándose y pescando.

Muchos años después, al sentir la cercanía de su muerte, una bruja malera confesó arrepentida que, a pedido de algunos malos vecinos, ella había  convertido  a  Blanquita  en  una  garza,  y  que  no  pudiendo reconvertirla en persona, en homenaje a su memoria había dado a los niños de la selva la cualidad de ser estudiosos,  trabajadores  y limpios, así como la de comer cualquier clase de pescado con gran  habilidad y mucho gusto.

Los indios chamas de la región de Ucayali tienen mucha fe en esa leyenda la Garza Blanca pues, cuando pasa una garza blanca por encima de sus chozas haciendo oír a su característico grito de cau cau cau cau, obligan a los niños a tragar inmediatamente su saliva a fin de que en lo sucesivo no se atoren al comer pescado.

Y dicen que por esta razón nuestros indios comen con gran facilidad el pescado.

¿Y tú qué opinas de esta leyenda la Garza Blanca?

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