Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho

Mantenimiento y cuidados del camaleón 2

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Calefacción

Las especies originarias de regiones extremadamente cálidas son especialmente adecuadas para ser tenidas en invernaderos, que se calientan con el sol y se enfrían por la noche. Hay que proporcionar a los camaleones microclimas especiales (rincones frescos y húmedos) para que los animales puedan retirarse a ellos cuando se sientan muy acalorados. El invernadero tendrá que estar calentado para evitar que de noche la temperatura descienda a menos de 10°C. Un inconveniente de este modo de tener a los camaleones consiste en que es muy difícil hallar los huevos, porque la hembra suele camuflar el sitio de la puesta; será mejor sacar las hembras a punto de poner y ubicarlas en terrarios separados. Una ventaja de este sistema consiste en que es posible tener a varios animales juntos sin que los camaleones se estén viendo unos con otros todo el tiempo. Esto es particularmente beneficioso durante la época de apareamiento, porque los animales pueden aparearse cuando quieran, lo que tiene un efecto positivo sobre el número de huevos fecundados.

Hemos mencionado tantas veces el peligro de sobrecalentamiento que ahora tenemos que decir algo acerca de lo contrario. En general, los camaleones toleran mejor las temperaturas bajas que las altas, pero hay que tener cuidado. Por ejemplo, el Chamaeleo pardalis no tolera temperaturas inferiores a 12°C. No es necesariamente recomendable reproducir las temperaturas nocturnas. Un valor promedio parece ser la clave del éxito. Durante el día las temperaturas tienen que estar siempre dentro del rango de temperaturas de actividad. Además, siempre tiene que haber una fuente de luz como un reflector “spot” o algún otro tipo de lámpara calorífera, para que los camaleones puedan calentarse a la temperatura que prefieran. Para el bienestar de los lagartos es absolutamente necesario reducir la temperatura durante la noche. En el terrario esto puede conseguirse simplemente apagando la iluminación y la calefacción. Como las temperaturas diurnas suelen ser de unos 16 a 18°C. La reducción nocturna es de unos 7 a 9°C, lo que generalmente es adecuado. La reducción nocturna de la temperatura parece ser esencial para un sueño reparador; esto se debe probablemente al descenso de la actividad metabólica. Si a una especie de camaleón que está acostumbrada a un gran descenso nocturno de temperatura no se le proporciona este descenso, el animal mostrará una gran disminución de su vitalidad y vivirá menos tiempo.

Hay muchas maneras de calentar un terrario. Los terrarios de pequeñas dimensiones se calientan con un cable calefactor y los terrarios grandes con bombillas especiales para reptiles, con reflectores “spot” o con lámparas halógenas. Si se usan reflectores “spot” conviene instalar unidades de una potencia entre 15 y 40 vatios, y si se usan lámparas halógenas conviene usar las de 20 vatios. Hay que instalar las lámparas de manera que cuando los camaleones se “asoleen” no puedan tocar las bombillas, porque de otra manera podrían quemarse las escamas. Por esta razón al decorar el terrario es importante de que siempre se mantenga una distancia de al menos 4 cm entre el animal y la lámpara. Esto se consigue poniendo las ramas de modo que no queden demasiado cerca de las lámparas. Los terrarios alumbrados con lámparas de vapor de mercurio o similares no necesitan calefacción adicional, porque estas lámparas producen bastante calor. Se dice a veces que los camaleones podrían disparar la lengua contra la lámpara, quemándosela. Hemos usado reflectores “spot” y lámparas de varios tipos en nuestros terrarios y jamás hemos visto que un camaleón dispare la lengua contra una lámpara.

¿Sol artificial?

Si consideramos que en los trópicos la luz solar tiene una intensidad de 100.000 lux, y que incluso a la sombra de los árboles sigue siendo de 10.000 lux, verá lo difícil que resulta aproximarse siquiera a las condiciones naturales de sus animales. La mayoría de los camaleones son “adoradores del sol”. Por lo tanto, la intensidad de la luz juega un importante papel en su comportamiento de caza y contribuye también al aumento de la vitalidad de los animales. Schuster (1979) demostró para el camaleón de Jackson (Chamaeleo jacksonii) que se necesita una intensidad luminosa de al menos 100 lux para capturar animales para alimentarse. Una bombilla incandescente de 40 vatios produce sólo 35 lux a una distancia de un metro. Puede observarse que los camaleones no exhiben sus pautas naturales completas de comportamiento a menos que exista una intensidad luminosa mínima. Los aficionados que pueden mantener a sus camaleones en un invernadero los tienen más fácil porque incluso en una jardinera de ventana la intensidad luminosa suele ser de 2.000 lux.

Para iluminar el terrario son adecuadas las lámparas fluorescentes de cierta potencia, así como las de vapor de mercurio y las halógenas. Para pequeños tanques de crianza un único tubo fluorescente es suficiente; para terrarios de una altura de 50 cm se necesitan al menos dos tubos fluorescentes, y para terrarios de mayor altura se necesitan lámparas proporcionalmente más potentes. Stettler (1973) dice que para un terrario de 70 cm de longitud por 40 cm de anchura por 70 cm de altura se necesitan de cuatro a seis tubos fluorescentes. Si los terrarios son aún más altos, las lámparas de vapor de mercurio de alta intensidad resultan adecuadas. Cuando se las instala debajo de la tapa del terrario, no se pierde luz y simultáneamente se dispone de una buena fuente de calor para el terrario. Las nuevas lámparas de vapor de yodo producen bastante más luz que las lámparas de vapor de mercurio. Estas lámparas parecen haber sido creadas precisamente para los adoradores del sol. Se las produce a partir de potencias de 35 vatios, pero desgraciadamente son caras. Esto se compensa en cierta medida por su larga duración y por su bajo consumo de electricidad.

Sólo hay que usar lámparas de “luz solar”, porque producen un espectro luminoso muy parecido al del sol y porque se luz es la más agradable para nuestros ojos. Con los tubos fluorescentes una combinación de tubos de “luz solar” y “tonos cálidos” ha demostrado ser la más atractiva. También es importante usar reflectores de buena calidad (a la venta en las tiendas de animales). Con ellos, la luz aprovechada puede aumentar en un 40%. Los reflectores “spot” halógenos son ideales como fuentes puntuales de luz para suplementar la luz de los tubos fluorescentes. Desgraciadamente necesitan el uso de un transformador, de modo que conviene compararlos sólo cuando se van a usar para varios terrarios.

El período de iluminación debería reproducir las condiciones naturales o bien tendría que mantenerse unas 12 o 14 horas diarias (excepto para Chamaeleo chamaeleon). Hemos conseguido buenos resultados teniendo a los camaleones en el jardín durante el verano. Es evidente que los animales reviven al sol, sus colores se hacen más brillantes y su actividad aumenta. Pueden hacerse terrarios adecuados para el aire libre con materiales como rejilla de alambre, situados en un lugar protegido del viento y con sol parcial (hay que proporcionar protección contra el sobrecalentamiento durante el día y contra los gatos y las ratas por la noche). No se debe permitir que los camaleones estén en libertad en un jardín, porque en pocos minutos habrán desaparecido para siempre.

A veces se recomienda el empleo de lámparas ultravioleta. Algunas personas las consideran esenciales y otras al menos les atribuyen efectos revitalizadores. En nuestra opinión, el suministro de dosis adecuadas de vitamina de D3 elimina la necesidad de usar lámparas ultravioleta. En todo caso, la misma piel escamosa de los camaleones sólo deja pasar menos del uno por ciento de los rayos ultravioleta.

Para terminar, conviene insistir en que muchas especies de camaleones tienen diferentes necesidades de iluminación.

Ayudas técnicas

Actualmente, los temporizadores son una necesidad para cualquier tipo de terrario, porque nadie tiene tiempo para apagar o encender las luces o los calefactores cada día a las mismas horas. Con los temporizadores se puede conseguir cierta regularidad que es provechosa para el bienestar de los camaleones. Por ejemplo, mediante pruebas puede determinarse exactamente cuándo y durante cuánto tiempo tiene que permanecer encendida la calefacción para que la temperatura no descienda ni aumente demasiado. También hay termostatos que pueden usarse para apagar y encender las luces y los ventiladores cuando se alcancen temperaturas preestablecidas. Si hubiera que hacer todo esto manualmente, el mantenimiento del terrario sería una actividad que exigiría muchísimo tiempo.

Recientemente, se ha difundido el uso de rociadores automáticos en los terrarios, y con ellos es posible reducir las tareas diarias al mínimo. La única actividad manual diaria que queda por hacer consiste en alimentar y dar de beber a los animales. Así queda mucho más tiempo para observar y estudiar a los camaleones. Al mismo tiempo, un rociador automático también permite mayor libertad de acción al propietario, que no tiene que estar presente cada día y que puede ausentarse ocasionalmente durante un fin de semana sin tener que preocuparse demasiado por sus camaleones.

 

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