Mi perro hace lo que quiere: 10 consejos básicos
Resumen
1.- Descartar una posible enfermedad
Si su perro muestra de repente un comportamiento extraño, lo mejor será que lo lleve al veterinario como medida de precaución. Podría deberse a enfermedades tales como tumores, sordera, ceguera, dolores por artrosis, displasia de cadera, falso embarazo u otros problemas hormonales.
2.- Una buena sociabilización
Si su perro todavía es un cachorro, ocúpese de que tenga una buena sociabilización con las personas, los perros y el entorno. Tenga en cuenta que el cachorro también necesita límites a los que atenerse. No le permita que haga nada que tampoco deba hacer cuando sea adulto. Así evitará posibles problemas en el futuro.
3.- Tratarlo a tiempo
Trate los problemas de su perro a tiempo y, si es necesario, busque ayuda profesional. Cuanto más tarde en hacerlo, más se agravará la situación. La mayoría de los problemas de comportamiento pueden solucionarse con éxito si se tratan a tiempo.
4.- Usted es el jefe de la manada
Compruebe siempre el orden jerárquico entre usted y su perro. Asegúrese de que el perro se guía por usted, y sea usted quien tome las iniciativas en la mayoría de los casos. El perro nunca deberá ser el centro de la familia.
5.- Importancia de los antecedentes
Si su perro tiene problemas, entérese de si sus padres o hermanos presentan un comportamiento similar. Si adopta un perro adulto, procure informarse todo lo que pueda acerca de sus antecedentes. Puede ser muy útil para diagnosticar y solucionar los problemas.
6.- Potenciar la obediencia
Practique frecuentemente los ejercicios de obediencia. Solamente así podrá «controlar» al perro en situaciones difíciles. Practique sobre todo en las diversas situaciones de la vida cotidiana. Aquí es donde el perro ha de obedecer, no en el campo de entrenamiento.
7.- Límites de la «terapia»
Si los problemas de comportamiento de su perro son congénitos o duran ya desde hace mucho tiempo, las perspectivas de éxito son bastante limitadas. Esto es válido por ejemplo para casos de inseguridad, sensibilidad a los ruidos, miedo a los petardos o disparos, o desconfianza ante la gente.
8.- El niño y el perro
No deje que los niños, tanto propios como ajenos, saquen a pasear al perro sin ir acompañados de un adulto. Especialmente si se trata de un perro fuerte o grande. En las situaciones difíciles los niños no podrían controlar al animal. Además, se acostumbra a un tipo de comportamiento que no debería aprender.
9.- Actuar de forma específica
Las felicitaciones y los castigos siempre se han de dar inmediatamente después de un comportamiento. Tenga en cuenta que si se pone nervioso o intenta calmar o consolar a su perro, lo único que hará será potenciar el mal comportamiento del animal.
10.- Minimizar riesgos
Si su perro se muestra agresivo con la gente, determine qué riesgos es capaz de aceptar. A veces es mejor desprenderse a tiempo del animal. Estos problemas no hay que intentar solucionarlos por uno mismo.